Ni siquiera Ricardo, que siempre había sido metódico con su trabajo, hubiera imaginado que tendría que realizar tantas visitas a diferentes viviendas antes de decidirse por una. Y, a decir verdad, cada ocasión se le hacía mucho más complicada que la anterior. ¡Ha pasado por diez casas en los últimos siete días! Y al final se ha decidido basándose únicamente en pequeños detalles.
¿Por qué la media de visitas a viviendas antes de decidirse es de diez?
Después de todo el proceso, Ricardo se fue a casa de su padre. Quería un momento de tranquilidad. Relajarse después de un trabajo que, aunque costoso, había terminado por ser bien hecho. Por ello el sorprendieron tanto las palabras de su padre. Cuando el primero le comentó que había tenido que mirar hasta diez pisos antes de decidirse, el segundo le preguntó que cómo había hecho para mirar tan pocos.
Y así comenzó la conversación. Porque ambos sabían que no hay mejor forma que aprender que mediante la palabra y la puesta en común de todas sus experiencias. El padre comentaba que antes las cosas se hacían de otra manera, que esta ansiedad por el tiempo que ahora tiene todo el mundo no existía. Vamos, que se vivía más tranquilo. Ricardo tenía que asentir. No se daba cuenta, como nadie en este mundo, pero vivimos corriendo, acelerados, sin pausa para el detalle. Así, mientras que su padre había visitado hasta cuarenta viviendas la única vez que compró una, Ricardo únicamente había estado por diez.
Pero, claro, esto no les valía para alcanzar conclusiones. Por mucho que ahora cada comprador tuviera más prisa, un piso es una inversión lo suficientemente importante como para no dejarla al azar. Así que llegaron a la conclusión de que tenía que haber algo más en medio, consiguiendo que fueran mucho más rápidos los procesos.
En esta ocasión fue Ricardo el que dio con la tecla. Gran parte de su proceso de búsqueda la había realizado a través de portales inmobiliarios, como el caso de Globaliza. Así, había podido realizar centenares de tours virtuales, en los que de una batida tenía la posibilidad de conocer algunos detalles de las viviendas sin necesidad de poner un pie en ella. Y es cierto que este proceso no le servía para tomar una decisión final de compra, que para ello siempre es de vital importancia estar sobre el terreno, pero sí que es un método tremendamente efectivo de cara a descartar hogares que no parecen preparados para nosotros.
La movilidad también tiene un impacto en la visita de inmuebles
La conversación continuaba entre padre e hijo, como lo hacen todas aquellas que merecen la pena. De manera que llegaron a otro aspecto donde encontraron discrepancias. Su padre le comentaba que él buscaba un hogar para toda su vida. Un sitio donde establecerse y criar a una familia, mientras que Ricardo, por su parte, le contestaba que él no sabía si se quedaría en el piso recién comprado para siempre y que, por esta razón, quiso que fuera atractivo, por si posteriormente tomaba la decisión de alquilarlo o de venderlo.
¿Cuánto has tardado tú en comprar tu vivienda? ¿Cuántas veces tuviste que visitarla? ¿Más o menos que Ricardo?
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