¿Otro colchonero por aquí? El Atlético de Madrid tiene un color especial, como dirían en Sevilla. Su icónico estadio, el Vicente Calderón, se jubiló después de más de un siglo de protagonismo y el Wanda Metropolitano todavía no ha logrado ese protagonismo que se tatúa en el ambiente en las noches históricas. ¿Estamos ante el último adiós de este lugar?
Un nuevo adiós al Vicente Calderón
El tiempo pasa y no pasa nada, como rezaba la canción. El Vicente Calderón se sigue olvidando en el tiempo, asumiendo su rol como recuerdo cada vez de una manera más concreta.
El Atlético de Madrid ha vendido dos de las tres parcelas en las que el Vicente Calderón levantaba su espíritu. Azora y CBRE GIP son quienes han adquirido este emblemático terreno.
Por un precio de 100 millones han preparado un plan para levantar 340 viviendas, que exigirán 11 millones adicionales en concepto de costes de urbanización para materializarse.
Para ello contarán con el apoyo de la promotora Gestilar, que será Project Manager, y del Agente Comercializador.
¿Sabías que Mahou también es propietaria del terreno?
A la empresa cervecera nunca se la menciona en las quinielas, pero la entidad también es (era) propietaria de los terrenos del Vicente Calderón.
Desde hace años han colaborado juntos en un proyecto que despertó pasiones. Un objetivo que comparten como entidades.
¿Y qué sucede con la tercera parcela?
Si no sucede nada extraño, la tercera parcela se venderá la semana que viene. Aquí volará el último diente de león al que desear que el tiempo no continúe sucediéndose hacia otra etapa.
Socimi Vivenio es la mejor colocada en la lista de candidatas, pero Concovi también cuenta con oportunidades de adquirir un espacio que, sí o sí, estará dedicado a levantar viviendas con el objetivo del arrendamiento.
¿Se acaba así el cuento del Vicente Calderón? Parece que sí. Pasará el tiempo y el mundo olvidará que en esta tierra se levantaron decenas de miles de gritos cada noche de partido, pero a todos se les seguirá erizando el vello cuando caminen a su vera, aunque el misterio rodee los motivos.