Sin sorpresa con las hipotecas: el Tribunal Supremo da marcha atrás

No ha habido sorpresas con los movimientos del Tribunal Supremo. A cualquier persona de la calle la hubieras encontrado ayer escéptica. Sin confiar en una justicia que, por lo menos hoy, ha dejado en entredicho su credibilidad al dar más palos de ciego que un niño rompiendo una piñata de cumpleaños, el optimismo se mostraba en palabras que solo se pronunciaban con la boca pequeña.

El Tribunal Supremo da marcha atrás con su sentencia sobre hipotecas

Como la gran mayoría temía, el Tribunal Supremo ha dado marcha atrás con su propia sentencia. Si te he visto, no me acuerdo. Todo sigue igual que hace tres semanas. Bueno, casi. Después de todo, hoy la crispación se masca en el ambiente. Los aires sobrevuelan Madrid muy caldeados.

La gestión del Tribunal Supremo ha sido una nunca vista en la historia

Si cuando hace tres semanas el Tribunal Supremo falló en contra de la banca ya se había calificado de revolucionaria la sentencia, todo lo que vino después era inesperado para quienes ya celebraban la devolución de un dinero al que creían tener derecho.

Esa misma noche se suspendió la decisión. El día siguiente se informó que se tendría que revisar. Un hecho nunca visto en las más de cuatro décadas que lleva funcionando de manera independiente el Alto Tribunal.

Fallaron sin prever el revuelo. Sentenciaron sin tener en cuenta las implicaciones económicas de sus palabras. Si se hubiera cumplido paso a paso lo que vaticinaban los expertos juristas que analizaron la decisión, las implicaciones para las arcas públicas hubieran sido desmedidas. Insostenibles de ninguna manera. Por ello, desde que alguien planteó la posibilidad de que fuera Hacienda la que tuviera que devolver los impuestos pagados por el IAJD, las presiones públicas por miembros del Gobierno comenzaron a sonar bien alto por todos los rincones.

Ha decidido la totalidad del Tribunal Supremo

La magnitud de la situación era tal que ni siquiera se tomó la decisión final entre los miembros de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, que era la que había fallado en un principio, sino que los treinta y un Magistrados que componen el Tribunal Supremo se reunieron para decidir en conjunto.

De ellos, tres decidieron no participar en las deliberaciones al argumentar que se encontraban en una situación de conflicto de intereses.

¿Cuál ha sido el resultado de la deliberación del Tribunal Supremo?

Por un ajustado quince a trece, el Tribunal Supremo ha decidido dar marcha atrás en su decisión. Ha renegado de su nuevo criterio propio y ha establecido que todo continuaría hasta el instante anterior a que se liara este entuerto que nos ha mantenido a todos en vilo durante tres semanas.

La igualdad en las votaciones no ha hecho más que incendiar los ánimos y ya son muchos los afectados que se están organizando para manifestar su enfado y discrepancia ante la sentencia. Las primeras marchas están convocándose para el próximo sábado.

Porque, en definitiva, va a pagar el cliente. Pierde el mismo de siempre.

¿Qué hubiera supuesto un fallo en contra de la banca?

Si el Tribunal Supremo hubiera continuado con el criterio renovado de su primer fallo, las implicaciones económicas hubieran sido devastadoras para Hacienda. Se estimaba que cada afectado hubiera podido reclamar 3.000 euros de media. Y, teniendo en cuenta que la cifra de estos era de un millón y medio, las arcas públicas hubieran tenido que desembolsar 16.500 millones.

Desde luego, si ya le está costando a Pedro Sánchez alcanzar un acuerdo con los Presupuestos Generales, si esto se hubiera materializado, la palabra imposible hubiera impregnado su vocabulario.

La banca está contenta ante el cambio de criterio del Tribunal Supremo

Las grandes empresas celebran el triunfo de la seguridad jurídica. Afirman que cualquier otro resultado hubiera sido un despropósito. Aluden a que ellos simplemente habían seguido la norma vigente y la doctrina que había establecido el propio Tribunal Supremo. Por ende, no entendía cómo esta situación podría devenir en su contra de una manera u otra.

Parece que este es el fin del culebrón del Tribunal Supremo y el IAJD. Estaremos atentos para contarte todas las novedades que todavía puedan surgir al respecto, pero, aunque se prevén recursos a Europa, parece que está todo el pescado vendido.

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