¿Qué querrías tras de ti como legado de tu paso por este mundo? Ser inmortal consiste en dejar un hilo en este planeta del que siempre haya alguien que quiera tirar. Stanley Tigerman nunca se borrará de nuestra memoria. Tras de sí ha dejado una serie de edificios únicos. Cada vez que los miremos, recordaremos su figura.
¿Quién era Stanley Tigerman?
Es posible que el nombre de los arquitectos más famosos del mundo no te sean familiares. No te vamos a culpar. Apenas se les da profusión en los canales de comunicación. Son las mentes estoicas detrás de las envergaduras más innovadoras, con las que el ser humano se supera cada día.
Stanley Tigerman falleció el pasado tres de junio y este es nuestro pequeño homenaje a uno de los arquitectos y diseñadores más importantes de la historia reciente.
Nacido en el seno de una familia judía en Estados Unidos, no tardó demasiado tiempo en sumarse al oficio que le cambiaría la vida. Antes de ello, había fracasado en diferentes intentos de formarse, pero aquello no le impidió encontrar el trabajo que quisiera.
Después de eso, y de un paso por la Marina del país, su situación se asentó y no desaprovechó la primera oportunidad para recalcar quién era.
¿Cómo es el estilo del legado que subyace a su muerte?
Como él mismo era en vida, su obra hablaba por su boca. Estaba basada en la provocación. A través de la evolución de los principios del modernismo, desafío el estándar arquitectónico de finales del siglo XX. Ahora su huella es visible en los ejemplos más destacados de su arquitectura:
- Edificio de la Sociedad de la Crueldad Tigerman. Erigido en el año 1981. Cuenta con un diseño anamórfico, cargado de ingenio.
- Diseño del Holocausto de Illinois. Un lugar donde sacó a relucir su ingenio mezclado con respeto por una de las ´épocas más oscuras de la humanidad.
- Centro de educación de Skokie en Chicago. Una construcción que, además de impregnar de su toque personal, sirvió como reclamo y lucha porque todos los niños del mundo tuvieran derecho a una educación.
¿Cómo falleció?
Stanley Tigerman falleció el pasado 3 de junio. Tenía ochenta y ocho años y llevaba varios luchando contra la enfermedad que ha terminado por llevárselo a la tumba: una enfermedad pulmonar crónica obstructiva.
Sus edificios serán su legado, nuestros gestos de asombro cada vez que los miremos, el mejor clamor de respeto.