¿Te imaginas que la obra más importante de Barcelona estuviera operando sin licencia de construcción? Parece tan absurdo que es real y es que hay ocasiones en las que en este país las cosas funcionan regular. Pero bueno, la Sagrada Familia ya tiene papeles, así que podemos continuar.
¿Qué sucedía con la Sagrada Familia?
Desde el inicio de sus obras en el año 1882, la construcción de la Sagrada Familia se había desarrollado sin ningún tipo de licencia de obra. Puede que piensas que esto se debe a la fecha en la que la construcción comenzó, y tienes razón, pero las consecuencias las estaban sufriendo los vecinos del siglo XXI.
¿Por qué? Porque el problema principal no era o no la legalidad de la construcción, sino la ausencia de límites para la misma. Es decir: ¿qué decisiones se podían tomar y cuáles no?
El pacto al que ha llegado el Ayuntamiento de Barcelona
El acuerdo se fraguó durante le pasado 2018. En el documento pactado se establece que el proyecto iniciado por Antoni Gaudí podría alcanzar una altura máxima de 172 metros, una superficie de 41.000 metros cuadrados y dos sótanos en las cavidades inferiores.
Además, se ha establecido, por primera vez, una fecha límite de las obras. Para el año 2026 todo el pescado debe estar vendido. Ya solo faltan seis años y medio para ver culminada una de las mayores obras de la historia reciente de España.
¿Qué pensaría Gaudí?
Una de las cuestiones que más curiosidad genera en la oficina mientras prepárabamos este artículo era la cara que mostraría el arquitecto catalán si pudiera volver un día a la vida para ver cuál fue el resultado de su trabajo.
Nunca podrá hacerlo, así que nos corresponde a nosotros comprender la magnificencia de esta obra. ¿Cómo? Sorprendiéndonos con su belleza cada vez que la vemos.