Llevas semanas sumergido en la frenética búsqueda del que será tu futuro hogar. Llevas meses visitando casas como si fueras un comercial especializado en la puerta fría. El proceso es agotador, fastidioso, eterno. Lo sabemos y no hace falta que lo jures. Sin embargo, debes inocular en tu cabeza un pensamiento positivo: una travesía por el desierto desemboca siempre en un oasis. Al menos finjamos creer en los finales de Disney, que suelen ser necesarios. Pero debes apuntalar ese desenlace antes de que se escurra como arena entre tus dedos. Que no se evapore como un espejismo. Una alegoría que, llevada al argot inmobiliario, viene a expresar que no puedes dejar escapar el inmueble que has encontrado. Que no te lo quiten de las manos; encadénate a sus soportes para que no te lo arrebaten. ¿Ya sabes cómo puedes hacerlo? Muy fácil: reservando la propiedad. No cantes victoria antes de tiempo. Si quieres asegurar tu adquisición, ya puedes ir atándola con doble nudo.
Estos son los documentos que te facilitarán las cosas. Recuérdalos para cuando llegue el momento.
1. Contrato de arras confirmatorias
Con este contrato empezamos un itinerario a través de una nomenclatura divertida y original. Apasionante. Para que nos entendamos: el contrato de arras confirmatorias también recibe el nombre de paga y señal. Un apelativo que te resulta algo más familiar, ¿no es cierto? Es un texto que viene a atestiguar la existencia de un acuerdo entre comprador y vendedor. Una prueba fehaciente de que se ha alcanzado un consenso verbal. ¿Pero qué pasaría si una de las dos partes decide romper con lo pactado? Bien. Sucedería que la ley, que para algo está ahí, permite que el afectado reclame el cumplimiento de lo plasmado sobre papel. Y no hay vuelta de hoja. Aunque también se podría solicitar una resolución de obligaciones, donde la legislación establece una vía mediante la cual se exige una indemnización por daños y perjuicios. Aquí se contemplan todas las posibilidades.
2. Contrato de arras penitenciales
Otro nombre que tiene su intríngulis, pero cuando entiendas el concepto no te costará ubicarlo dentro de tu cultura inmobiliaria. El contrato de arras penitenciales es el más corriente del mercado en todo proceso de compraventa. Un procedimiento que consiste en la entrega de un anticipo sobre precio el total de la casa. El resto del monto que tiene que pagar el cliente, sea cual sea la cantidad, se abonará en un plazo estipulado con anterioridad entre ambos implicados. Durante ese periodo de tiempo, el propietario no podrá ofrecer la casa a un tercero bajo ningún concepto. De todos modos, estos papeles tampoco te comprometen de por vida. En caso de que el comprador desee desvincularse de lo firmado, perdería el adelanto. Si es el vendedor quien decide quebrar lo convenido, tendrá que reembolsar el doble del valor de las arras.
3. Contrato de arras penales
Este es un nombrecito que induce a confusión, pues guarda cierto parecido en forma y significado a las ya mencionadas penitenciales. Pero presta atención, que todo el asunto es un embrollo que funciona así: las arras penales sirven como aval para proteger tu adquisición, pero su previo pago no representa una parte del precio total de la casa. No, señor. Se costean para que, en caso de incumplimiento, sustituyan a la indemnización por daños y perjuicios. No obstante, esta pena no exime que la parte que ha desvirtuado el contrato no deba acabar ejecutándolo. ¿Lo vamos pillando?
4. Alquiler con opción a compra
Uno de los artículos más exitosos que figuran en nuestro blog habla sobre el alquiler con opción a compra. ¿Lo has leído ya? Tranquilo, hoy estamos en plan benévolo; no te castigaremos mandándote al rincón. Pero deberías paladear los frutos que regala este fenómeno dual que se dedica a realizar favores a diestro y siniestro. Sobre todo a aquellos que, faltos de una suma económica elevada, no pueden hacer frente a la compra de la casa. Por eso apuestan por un alquiler que, más tarde, les garantiza la adquisición del inmueble. Un invento fabricado para satisfacer a todo el mundo.
¿Verdad que ahora ya puedes respirar más tranquilo?
Fuente de la imagen: https://www.globaliza.com/inmueble/8453362 – Housell