¿Qué es el impuesto de sucesiones?
Tributo directo —que grava una manifestación directa e inmediata económica—, personal —grava a una persona determinada—, subjetivo —que no es siempre la misma cuantía, sino que depende del sujeto pasivo—, progresivo —aumenta según la base imponible— e instantáneo —el hecho imponible se produce de forma aislada—. Básicamente lo que hace es gravar los incrementos de un patrimonio que se obtienen de forma gratuita a título de muerte.
Si te pregunto cuál ha sido el impuesto más controvertido en las últimas décadas, seguro que me contestas que se trata del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Por ello no queríamos perdernos la oportunidad de sumarlo a nuestro Glosario Inmobiliario —que, oye, tiene bastante relación con las viviendas y el mercado— y explicarte a nuestra manera lo que significa.
¿Qué es el impuesto de sucesiones y donaciones?
Aunque se tratan como un mismo tributo a la hora de cobrarte —esto sí, en cuanto a la cuantía no vale con uno, que te pasarán los dos en cuanto tengan la oportunidad—, nosotros vamos a explicártelos de manera separada para que puedas entenderlos mejor.
El puesto de sucesiones es un tributo directo —que grava una manifestación directa e inmediata económica—, personal —grava a una persona determinada—, subjetivo —que no es siempre la misma cuantía, sino que depende del sujeto pasivo—, progresivo —aumenta según la base imponible— e instantáneo —el hecho imponible se produce de forma aislada—. Básicamente lo que hace es gravar los incrementos de un patrimonio que se obtienen de forma gratuita a título de muerte.
En cuanto al impuesto de donaciones, podemos seguir por el mismo camino. También se trata de un impuesto personal, directo, subjetivo y progresivo que grava un aumento de patrimonio a título gratuito. La única diferencia es que es un negocio inter vivos y no tras la muerte de ninguna persona.
¿Por qué la polémica generalizada con estos impuestos?
Ojalá alguien nos explicara en condiciones alguna vez cómo funciona el sistema tributario. Las personas se sentirían menos engañadas, podrían comprender mejor las decisiones políticas y las polémicas disminuirían.
Existe una falsa creencia entre los ciudadanos de que con este impuesto te gravan dos veces por el mismo hecho, cuando nada más lejos de la realidad. Pagas por el hecho de que tu patrimonio ha aumentado a título gratuito.