Alquiler de la vivienda: 7 preguntas para el propietario

Precaución, amigo conductor, la senda es peligrosa. Te lo canta Perlita de Huelva y te lo advertimos nosotros las veces que haga falta. La cautela es primordial cuando conduces tu vida por derroteros desconocidos, no sea que vayas a despeñarte por aquel risco que tienes enfrente pero que no quieres ver. Debes calibrar cada situación antes de jugártela; las sorpresas aguardan en lugares inesperados. También se esconden en aquella casa que tanto te impresionó y que ahora quieres alquilar. Sí, incluso ahí. Sabemos que no te quedaste con la fachada y que inspeccionaste su interior. Sabemos que recorriste todas sus estancias hasta que tu desconfianza se quedó tranquila. Bueno, puntualicemos: casi tranquila. No es oro todo lo que reluce, compañero. Tus investigaciones tienen que llevarte hasta los detalles. Tienes que reunirte con el propietario de la vivienda en una habitación, encender una lámpara de mesa y apagar el resto de luces. Prepara un interrogatorio exhaustivo para disipar cualquier duda que te carcoma. Dispara una batería de preguntas hasta que lo tengas todo claro, que luego no habrá marcha atrás.

Y como no quieres que eso suceda, hemos elaborado un listado que puede venirte bien.

1. ¿Me vais a subir el alquiler?

Ya abordamos el tema en un artículo que versaba sobre las cláusulas abusivas de los contratos de alquiler. Seguro que conoces la temática porque leíste de arriba abajo nuestro texto, ¿verdad que sí? Pues deberías preguntarle a tu casero potencial, en caso de arrendar la propiedad, si existe la posibilidad de que tu mensualidad ascienda de la noche a la mañana. Si el propietario te responde – en un alarde de honradez que tendría que ser algo común – que al cabo de un año se someterá a revisión la subida, entonces bien. Estará actuando según la legalidad.

2. ¿Quién paga las averías?

Otro asunto delicado que también tratamos en otro artículo sobre los gastos del inquilino. Aquel día ya comentamos que las reparaciones suelen generar discordia, motivo de más para verte en la obligación de preguntar quién paga esto y quién paga lo otro. Así el día que te veas con una cañería atascada o con una lavadora que inunda tu casa, sabrás cómo proceder. Tienes que hablarlo con el casero, que no se te olvide. Que luego vienen los llantos acompañados de sapos y culebras.

3. ¿Debo dar de alta los suministros?

Aquí tienes otro coste que debería asumir el arrendador si tuvieras que dar de alta el agua, la luz y el gas. Pero ya te vamos adelantando que la teoría y la práctica se llevan a matar; en ocasiones no se produce de esta manera. Por lo tanto, el casero tendría que esclarecer todas tus inquietudes sobre ese aspecto. Aunque lo más recomendable antes de poner un pie en tu futura casa es que se revisen todas sus instalaciones. Te librarás de más de un susto.

4. ¿Qué incluye el precio del alquiler?

Preguntas por el precio del alquiler y te comunican una cifra. Tus ojos se ponen como platos. Piensas que la suma que tienes que pagar es razonable, has dado con un chollo y no te lo crees. Firmas el contrato que te ata a ese inmueble, regalas un apretón de manos contundente y te vas. Luego se lo cuentas a tus amigos, ufano como estás, hasta que salta el listillo del grupo y te suelta: ¿pero esa cifra incluye el IBI, los gastos de comunidad y la tasa de basuras? Es ahí cuando llamas al propietario para que te responda que no, que haber preguntado antes. ¿Has tomado nota?

5. ¿Mi perro se puede venir conmigo?

A este respecto, el arrendador impone unos límites perfectamente definidos. Si es que sí es que sí, y si es que no es que no. Acabamos de redactar la peor frase de este blog, pero es que no hay más que hablar. No hace falta leer entre líneas porque no encontrarás nada. Ni mensajes subliminales ni dobles lecturas. Hay dueños que permiten la convivencia con animales y otros no quieren verlos ni en pintura, temerosos de que dañen su propiedad. Esta cláusula debe reflejarse en el contrato. De todos modos, pregunta por si acaso. No está de más verbalizarlo.

6. ¿Qué pasa con los muebles que hay en la casa?

Tal vez tengas que quedarte con el mobiliario que ya está en el piso donde entres a vivir. El propietario no quiere quitarlo; prefiere que tú lo utilices durante tu estancia de alquiler. De ser esta la situación, el dueño tendría que facilitarte un inventario donde figuren todos los muebles de la casa. Este documento vale su peso en oro; le sirve al propietario para verificar que todo está según lo dejó desde el momento que cruzaste el umbral. Aunque también podría ser que, siendo el mobiliario de la época de tu abuela, decidas cambiarlo. Una cuestión que deberías abordar desde el primer minuto.

7. ¿Es ruidosa la calle?

Tienes que poner énfasis en esa pregunta, porque tus visitas no serán suficientes para sacar conclusiones. Serán demasiado cortas, mientras que tu vida en la casa será larga. Procura que el propietario entienda tu preocupación en torno a esta cuestión, que sus respuestas sean honestas. Hay determinadas horas del día en que la calle puede bullir con un volumen ambiental inaguantable. ¿Te gustaría que esa fuese tu banda sonora diaria?

Ya tienes las armas de las que valerte cuando llegue el momento.

Fuente de la imagen: https://www.globaliza.com/inmueble/7279398 – Agencia Caslu7

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