Hacía un año que Guillermo había terminado la universidad. Era de esos afortunados que tenía la posibilidad de comenzar una nueva etapa. Lo tenía todo al alcance de su mano. Una brillante carrera como estudiante desembocó finalmente en una buena oferta laboral. Ahora, doce meses después de recoger su diploma, sabía que había llegado el momento de independizarse. Esta es la historia de qué tres precauciones tomó a la hora de comprar su primer piso.
¿Cómo comenzó la aventura de comprar su primer piso por Guillermo?
La decisión le provocaba vértigo. Guillermo se había tenido que enfrentar a muchas cuestiones a lo largo de su vida. En el trabajo lo hacía día a día. Sin embargo, con esta había una pequeña diferencia: ya no estarían papá y mamá a cubriéndole las espaldas. Un error significaría un patinazo para sí mismo. Y él era consciente de que existían traspiés que podían acompañarte durante toda una vida.
Así que era consciente. Comprar su primer piso era la decisión que inauguraría por completo su etapa en la vida adulta. Sería un paso que acompañaría gastos y obligaciones. Pero también abandonar su hogar de toda la vida y tener que empezar a valerse por su cuenta en todos los sentidos. Cualquiera estaría asustado. Hasta el trapecista más experimentado temblaría el día que saltara sin red.
No obstante, él era metódico. Le gustaba tenerlo todo bajo control. Por ello elaboró una lista de las tres cuestiones que tenía que tener claras antes de tomar ninguna decisión:
- Visitar diferentes entidades bancarias para informarse de todos los detalles.
- Las visitas a los pisos serían siempre acompañados.
- Tenía claro cuánto podía gastar.
¿Quieres saber por qué eligió estas pautas?
Visitar diferentes entidades bancarias para informarse de todos los detalles
Guillermo no se quería agobiar. Sabía que tendría que digerir mucha información. Por eso tenía claro que las prisas nunca serían buenas consejeras. Al final, se trataba de un momento parecido a su primer día de trabajo. Su jefa le dio muchísima información. Parecía que jamás sería capaz de gestionar tantos frentes. Pero el paso del tiempo le dio esa experiencia necesaria para moverse como pez en el agua.
También tenía claro que no era bueno jugársela toda a una carta. Eso era una decisión de mal inversor. Por ello acudiría a cuantas entidades bancarias tuviera a su disposición. Haría todas las preguntas que tuviera. No se iría nunca a casa con una duda. Y es que, si la persona que le tenía que prestar todo este dinero no era capaz de transmitirle seguridad, nunca daría el siguiente paso.
Al fin y al cabo, la información es poder.
Las visitas a los pisos siempre serán acompañadas
Guillermo no estaba dispuesto a pecar de orgulloso. Él era consciente de que no conocía todos los detalles a los que se estaba enfrentando. Para él toda esta aventura era la de Harry Potter cuando entra al mundo mágico. Un sinfín de detalles por conocer. Por ello, contar con el papel de un mentor siempre sería de ayuda. Por lo menos, le daría esa seguridad que tanto se necesita a la hora de tomar decisiones.
Así que se llevó a un acompañante a todas las visitas a los pisos. No obstante, tomó una decisión antes de lanzarse a esta aventura. No lo haría con sus padres. Eso podría ser un motivo por el que se percataran de su falta de experiencia e intentaran sacarle más dinero del necesario. Acudió con un amigo un poco mayor, que ya había pasado por toda esta aventura.
Ten pensado cuánto puedes pagar
No estaba el horno para bollos. Vale que en ese momento Guillermo tuviera una consistencia a nivel económico. Las cosas le iban bien y parecía que todo seguiría viento en popa. Pero asegurar un futuro en su cauce es como predecir que nunca habrá una riada. A veces las cosas se tuercen y cuanto más margen se tenga, mejor.
Por ello Guillermo había hecho los deberes en casa. Había preparado, con ayuda, un plan de cuánto estaba dispuesto a pagar mes a mes. Así tendría la seguridad de que si seguía las migas de pan que había colocado encima del tablero, el resultado parecía ilusionante.
¿Cómo le fui a Guillermo en la aventura de comprar su primer piso?
Nos alegra poder contarte que las precauciones de Guillermo funcionaron. Ha pasado ya un tiempo desde los hechos que te narramos y sigue viviendo en el mismo lugar. Está tranquilo, con esa vida sin altibajos que tanto había deseado. Mantiene su trabajo y es más feliz que nunca.
A veces los sueños se cumplen. Que no te digan lo contrario.
¿Quieres comprar tu primer piso?
¿Te encuentras en la misma situación de Guillermo? A todo joven le llega ese momento de querer volar libre. La independencia siempre suena bien. Por ello, si estás buscando tu primer piso, te queremos acompañar en el proceso. En Globaliza puedes encontrar esa vivienda que lleva tu nombre. Y es que hay veces en los que el hogar te elige a ti y no al revés.