¿Cuántas veces has escuchado a alcaldes de toda España reafirmar su compromiso por luchar contra el daño que los pisos turísticos están causando en el mercado del alquiler español? Al final, pese a pequeños pasos hacia delante, todo sigue igual. De hecho, cada día parece más intrigante para el bolsillo apostar por esas nuevas formas de obtener ingresos.
¿Cómo podría darse la vuelta a la situación de los pisos turísticos?
El problema es que las soluciones no son mágicas, sino ya se habrían aplicado. El Estado es el primero que tiene interés en resolver una situación en la que está perdiendo dinero por todas partes, pues muchas de estas transacciones son opacos a los ojos del fisco, así que la carrera está en marcha y las prisas son de todos.
¿Y si nos ponemos por un instante en las botas del propietario? Este ha encontrado una manera de rentabilizar un activo inmobiliario y disfrutar de una vida más sosegada, así que si nos preguntamos cuándo puede decantarse de nuevo esta balanza a favor del alquiler residencial, la respuesta es sencilla: cuando sea más rentable.
Pero, claro, esto porta una hoja de doble filo que ya está arañando a las familias más modestas. Al ver el percal, son muchos quienes se han decantado por aumentar el precio de la renta a sus inquilinos. Tonto el último, ya sabes y si otros se están ganando la vida con esto, por qué no lo voy a hacer yo.
Como puedes ver, la respuesta no es fácil. Les pedimos soluciones mágicas a los políticos y se nos olvida que estos son previos a la generación que acudió a Hogwarts para aprender los hechizos que ofrecen arreglos inmediatos.
Cada vez hay más negocio sobre la mesa
Los pisos turísticos comenzaron como una aproximación tenue y poco a poco se ha extendido por los núcleos de las Madrid y Barcelona.
En la capital se arrendan de media 21 días, mientras que Barcelona les sigue de cerca con 18.
¿Cuál será el final de esta situación?