La superficie en la que se asienta España es un conglomerado de culturas, paisajes y climas. No vamos a cansarnos de repetirlo: deberían lloverle elogios a un país que atesora una diversidad tan rica. ¡Viva la heterogeneidad! ¡Rechacemos lo uniforme! Se nos tendría que henchir el pecho de orgullo ante esta pluralidad, una diferenciación también adaptable al valor inmobiliario de las regiones que conforman el territorio nacional. Porque no cuesta lo mismo vivir en La Moraleja que en l’Ollería, así como tampoco tienen nada que ver los precios de Londres con los de Bucarest. El mundo es otra muestra a gran escala de multiplicidad geográfica, donde los importes que se abonan por metro cuadrado difieren según la zona, según la ciudad. Ya sabes que rankings los hay para todos los gustos, por eso Globaliza quiere poner el ojo en las cinco urbes más caras del planeta. Esta clasificación se fijará en lo que tienen que pagar los mortales más opulentos – semidioses que todo pueden permitírselo – para comprarse una casa en determinadas metrópolis.
¿No sientes curiosidad? ¿No vas a seguir leyendo? Adelante, mente inquieta.
1. Monte Carlo
Las aguas del Mediterráneo son las que bendicen a la ciudad más glamurosa del mundo. Las olas colisionan contra su litoral para que la espuma – suspendida en el aire – se convierta en el polvo dorado que respira la población. Una joya diminuta que emite luminosos destellos. Las calles de Monte Carlo son un canto al elitismo, al pijerío que revolotea frente a los escaparates con pompa y boato. Si quieres comprarte una casa en la capital del Principado de Mónaco, tendrás que pagar 36.000 € por metro cuadrado. Tan sólo un puñado de elegidos pueden hacer frente a esa suma.
2. Moscú
En el país más extenso de la Tierra se levanta la segunda metrópoli más cara del globo. Imperial, superpoblada, inabarcable. A pesar de sus bajas temperaturas, la nieve amontonada en sus calles jamás ha congelado su valor económico. En invierno, Moscú te traslada hasta el párrafo de cualquier cuento de hadas. Paseas por sus calles y te ves protagonizando, de repente, el capítulo más emocionante de Doctor Zhivago. La vida en esta ciudad que se expande por el norte de Europa es costosa; el precio del metro cuadrado es casi prohibitivo. ¿Sabes de cuánto estamos hablando? De 16.000 €. Pero, oye. Que si te animas, allá tú.
3. Londres
Cuando la crisis financiera golpeó con más fuerza, la carencia de oportunidades que vivió buena parte de la juventud española fue preocupante. Demasiados muchachos decidieron emigrar hacia los prometedores dominios de Isabell II; una fuga de cerebros en toda regla. Londres garantizaba un dulce porvenir, una ciudad que repartía suerte al recién llegado. Sin embargo, el valor de sus alquileres supuso una barrera infranqueable para más de uno. Con el hatillo a cuestas regresaron muchos a la patria. Visto lo visto, la adquisición de una propiedad también se adivina como una empresa inasequible, puesto que el metro cuadrado se paga a 16.000 €. No veas cómo se las gastan los que conducen por la derecha.
4. Tokio
Háblanos con franqueza: seguro que más de una vez has querido subirte a un avión para volar hasta Tokio. Tus ganas no escasean y en la ciudad abundan los atractivos: otra lengua, otra gente, otras costumbres. La aventura aguarda en la capital del sol naciente. Sin embargo, al bucear por la red para informarte sobre tu viaje, la realidad te arrea un sopapo de los que dejan marca. Porque Tokio puede ser muchas cosas buenas, pero también es caro de narices. Nos darás la razón cuando veas las cantidades que se manejan en la industria nipona. ¿Cuánto dirías que cuesta el metro cuadrado? ¿No lo sabes? ¿Te rindes? Pues asciende a los 14.000 €, ni más ni menos. Dormir sobre tatamis está un poco sobrevalorado, ¿no crees?
5. Hong Kong
Hong Kong siempre ha estado ahí, pugnando de forma encarnizada por mantenerse entre las urbes más prósperas de la Tierra. La enorme densidad de su población, hacinada en un estrecho territorio donde los rascacielos crecen hasta las nubes, hace de esta región administrativa un lugar de acceso restringido. Es decir: tendrás que acudir a la ciudad con un cofre repleto de piedras preciosas para poder comprarte una casa. Aquí la ley del mercado la dicta el trueque, compañero. Así que ya puedes ir desenterrando aquel tesoro del que oíste hablar en alguna leyenda inventada, pues el metro cuadrado de la casita de turno cuesta 12.500 €. ¿Sigues interesado en la operación?
A ver quién es el valiente que puede costearse estas cantidades.