La triste historia del alquiler en España

Hubo una época en la que tener trabajo era sinónimo de vida. Quizá no con grandes aspiraciones y con momentos donde la supervivencia primaba sobre todo lo demás, pero con un oficio contabas con la seguridad de que si te apretabas el cinturón, el final de mes no estaría tan lejano. La historia que hoy te traemos demuestra que esa España está olvidada.

A esto hemos llegado con el alquiler: dos trabajos y la imposibilidad de encontrar nada

La caravana donde vivía una familia en Ibiza
NOTA: Esta caravana no es la protagonista de esta noticia

Estés donde estés, acompáñanos. Queremos que tomes un avión hasta Ibiza con nosotros. Que mires al horizonte antes de aterrizar y que muevas la mirada en derredor, contemplando todas las viviendas en las que podrías vivir si te destinaran aquí.

Seguro que esto fue lo que pensó la familia que hoy protagoniza esta triste historia. De hecho, la sonrisa no se les borró de golpe al tomar tierra, sino que un sinfín de acontecimientos desempeñaron la calidez de sus sonrosadas mejillas, que convirtieron esa sensación de bienestar en la danza cándida de unas lágrimas que pugnan por rodar por los cauces de sus mejillas.

Cuando se quisieron dar cuenta, estaban en la calle. Dos trabajos fijos y no había manera de encontrar un lugar donde vivir. El alquiler turístico había tomado una ciudad en la que quien su oficio se encontraba rodeada de mar, parecía destinado a desaparecer cual animal en peligro de extinción.

Una caravana para los cinco

La vida a veces presenta curvas y es necesario frenar para no golpearnos con los guardarraíles. Tomaron los cuernos de la situación y decidieron seguir hacia delante. Una caravana podría ser un lugar puntual donde resguardarse del temporal hasta que una oportunidad de verdad apareciera por el horizonte.

Por desgracia, cuando parece que te despeñas por un precipicio y no hay manera de agarrarte a ningún saliente, siempre aparece una bestia que decide soplar para que la caída sea todavía más acelerada.

Los negros de esta historia no habían aparecido. Cada situación mantenía una tonalidad gris. Si todo parecía sin futuro hasta este momento, ahora el ocaso se adelantaría.

Una carta de Servicios Sociales cambió la tonalidad de la música. Les informaban que los niños no podían vivir en dichas ocasiones y que tendrían que pasar a estar en custodia de un centro de menores.

La viralización de esta historia

Como te imaginas, pronto esta historia arrasó por cada esquina. Muchísimas personas se hicieron eco de lo que denominaban una injusticia y mostraron su apoyo para una familia rota por las circunstancias.

Desde Globaliza queremos lanzar una reflexión al aire. ¿De verdad la avaricia merece la pena si este sistema está dejando a familias trabajadoras en fuera de juego? Llegará el día en el que nos anulen el gol. Tiempo al tiempo…

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