Durante los últimos años te hemos mostrado la cara más amable de San Valentín. Por ejemplo, en 2018 explicamos una serie de planes ideales para enamorar todavía un poco más a tu pareja en el hogar. Sin embargo, hoy nos hemos bajado de la nube idílica de algodón de azúcar en la que tanto tiempo hemos surfeado y nos hemos golpeado con la dura realidad. Por ello, te queremos contar qué sucede cuando la hipoteca dura más que el amor. ¡Feliz día de los enamorados!
Hipoteca, amor y la verdadera cara de San Valentín
Pongámonos en situación. Cada año se divorcian en España una media de 100.000 parejas. ¡CIEN MIL! El negocio del amor no tenemos claro qué tal va, pero lo que es el judicial se desarrolla con salud, por lo que parece.
Y es que cuando el momento de los bombones da paso a las discusiones y los planes de sábado por la noche a estar cada uno dándole a la cabeza y pensando cómo pueden mejorar su vida lejos de la otra persona, la sombra del divorcio asoma. Y claro, en este instante es muy importante tener claro cuáles son las opciones con las que contamos para hacerle frente a la hipoteca. Que, por si no lo sabes, te decimos que no va a desaparecer simplemente porque se termine el amor.
Vende la vivienda y pon fin a la hipoteca
Seguramente esta sea una de las mejores ideas que puedas poner sobre la mesa. Por lo menos, aquella que te generará un menor número de dolores de cabeza. Dicen que muerto el perro se acabó la rabia y si tratamos de terminar con la hipoteca que nos produce tantos dolores de cabeza, ya no necesitaremos siquiera una aspirina en forma de abogado.
El procedimiento es el siguiente. Pon en venta la vivienda. Seguro que ahora con el alza del mercado inmobiliario puedes conseguir unos ingresos aceptables. Tras ello, pagad la deuda a la entidad bancaria y aquí no ha pasado nada. Haz todos los cálculos que haga falta, que en caso de que no sea suficiente os tendréis que dividir entre ambos el pago del montante restante. Y a la entidad bancaria no le va a dar ninguna pena que ahora queráis dormir separados.
Otra opción que puedes manejar y que es semejante es la de la dación del pago. Dependerá de la entidad bancaria aceptarla o no. Pero, mira, matarías dos pájaros de un tiro.
Extinguir el condominio y rezar por la hipoteca
Esta opción se plantea como la predilecta cuando una de las partes quiera mantener la propiedad de la vivienda. Hablando en plata, consiste en que esta le compre su proporción a la otra.
Pero, amigo, no corras tanto, que nada en el mundo inmobiliario fue jamás tan sencillo. Ten en cuenta que aunque le vendas tu parte de la vivienda a tu expareja, todavía tendrás una hipoteca en tu espalda, con la obligación de responder con todos tus bienes si ella no se hace cargo de la misma.
Existe la posibilidad de que solicitéis la novación de la deuda al banco. Es decir, que este acepte que a partir de ahora solo va a responder de la hipoteca la parte de la pareja que se quede con la propiedad. Sin embargo, no se trata de una tarea fácil. Después de todo, tener un pagador menos implica una seguridad a medio y largo plazo más incierta. Pero no perdéis nada por intentarlo.
El amor puede terminarse, igual te toca la lotería. El futuro es tan incierto que no merece la pena castigarse con dolores de cabeza varios. Por tanto, enamórate, constrúyelo y ya veremos qué sucede.
Por cierto, ¡feliz día de San Valentín!