¿Hacia dónde avanza la Gran Vía de Madrid?

La Gran Vía está en boca de todos. Seguro que ella no esperaba convertirse en protagonista de tertulias televisadas. Sus récords son apabullantes. Según los últimos estudios, se ha convertido en el tema principal de conversación en bares y tabernas tras una cerveza. Honor que hasta el día de hoy ostentaba el fútbol. Sin embargo, cuando nos hemos infiltrado y hemos tratado de escuchar las habladurías que vestían a este lugar, nos hemos percatado de que no son demasiadas las personas que tienen claro cuál es el futuro de esta histórica calle de Madrid. Hoy te lo queremos contar.

La Gran Vía en cifras económicas

El futuro de la Gran Vía de Madrid

Tocar el cielo y evolucionar no es fácil. Si no, que se lo digan a la cartera de los madrileños, que han comprobado como la gran mayoría de lo que han pagado en forma de impuestos se ha repercutido a esta operación. Un proyecto que, si finalmente se plasma tal y como está desarrollado en el papel, seguro que merece la pena.

En su inicio, el presupuesto que se manejaba era de cinco millones de euros. No fueron pocos los que señalaron que se trataba de una cuantía irrisoria y que se necesitaría, como mínimo, el doble para poder acometer esta operación. Malos agoreros, tuvieron más razón que un santo. Y es que en la actualidad se ha rectificado.  Los documentos muestran una inversión que supera los nueve millones de euros. ¿Crecerá?

¿En qué se quiere transformar la Gran Vía de Madrid?

Así será el proyecto de Gran Vía de Madrid

La meta del plan del ayuntamiento de Madrid es clara. Más allá de ideologías, resulta complicado no querer alcanzar los beneficios que promete Manuela Carmena y su equipo. Después de todo, ¿quién podría negarse a una estrategia que reduzca la contaminación, que otorgue más espacio a los peatones y que, encima, siga el ejemplo de otros países europeos que ha permitido incrementar cuantiosamente los ingresos por ventas? Sería ridículo.

Por supuesto que los hay. El ser humano no sería capaz de ponerse de acuerdo ni siquiera ante una invasión alienígena sobre política. Pero bueno, en el fondo la ironía con la que se juega es incluso divertida, ¿o no?

Si te hablamos únicamente de la calzada, tienes que saber que la meta es reducir a cuatro carriles. Dos en cada dirección, siendo siempre uno de ellos destinado a taxis y autobús. Desalentar el uso del vehículo privado y alcanzar un cambio en el comportamiento del ciudadano es clave. Y más te vale ir aprendiendo si eres de fuera de la capital, porque a partir de la segunda mitad del 2019 es muy probable que no puedas siquiera circular por estos lares.

Como peatón, la promesa es el próximo jardín del edén. Quizá no tanto, pero sí parecido en cuanto a resultados. Sobre todo si el contraste es la nube de polución, ruido y empujones en la que hasta ahora estaba acostumbrado a desplazarse el transeúnte. De esta manera, se sumarán treinta y tres bancos nuevos, más de setenta lugares para aparcar las bicicletas, fuentes por doquier y doscientos cincuenta árboles que prometen deleitar la mirada y los pulmones de quienes aprovechen esta nueva realidad.

¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta el proyecto de la Gran Vía de Madrid?

Así es la Gran Vía de Madrid

Cualquiera que camine por el centro de la ciudad será consciente de que el peatón está ganando terreno. Parece que las operaciones avanzan viento en popa. Sin embargo, todo este plan encuentra su némesis en el próximo mes de mayo. Fecha de elecciones locales para la capital española, un cambio de gobierno podría echar al traste con todo este avance.

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