¿Sabes la diferencia entre depósito y fianza y en qué casos se aplica cada uno de ellos? Si has contestado que sí, enhorabuena. Tanto en los portales inmobiliarios, como los propietarios o los inquilinos los utilizan de manera errónea, así que estás un paso por delante. No obstante, hemos decidido que te queremos explicar en qué consiste cada uno, no vaya a ser que tengas alguna duda en realidad.
¿Por qué existe esa confusión entre depósito y fianza?
Te podríamos dar mil explicaciones, pero la verdad es solo una. Al tratarse de dos realidades que se entregan en el mismo momento, nuestra mente tiende a simplificarlo.
De esta manera, quien lo paga solo cuenta con la cuantía económica a entregar, mientras que el que lo recibe emplea un solo término para que parezca menos a la hora de solicitarlo.
¿Cuáles son las similitudes entre los dos términos?
Como verás ahora, ambos términos son muy parecidos, por lo que confundirlos no es ninguna locura.
Los dos se entregan al entrar en una vivienda y se recuperan al salir de ella. Y es que, de hecho, ambos tienen la misma finalidad, que es cubrir los gastos que quedarán al casero en caso de deuda o impago al abandonar la misma.
¿Cuál es la diferencia?
Se trata de la obligatoriedad y la manera en la que están regulados en la Ley de Arrendamientos Urbanos.
Mientras que exigir una cuantía en forma de fianza es obligatoria según nuestra regulación, el depósito tiene carácter optativo.
Además, en términos de cantidad también aparecen diferencias. Mientras que la ley solo permite exigir dos fianzas, no hay ni máximo ni mínimo de depósitos. Será la cantidad que las partes pacten al firmar el contrato.
De hecho, mientras que el arrendador debe ingresar la cuantía de la fianza en el órgano previsto de la comunidad autónoma en la que se produzca el negocio, el depósito lo guarda el propietario.