El dinero no da la felicidad. Es verdad. Una frase digna de Paulo Coelho que sirve para tranquilizar nuestras vidas austeras. Pero debemos rendirnos ante una evidencia más que palpable: si eres rico y quieres seguir amasando fortuna, puedes hacerlo casi con un chasquido de dedos. Y el vivo ejemplo de lo que acabamos de soltar son los deportistas que, a día de hoy, se meten de lleno en el negocio inmobiliario. Las oportunidades que concede el sector de la vivienda actúan como un reclamo irresistible para futbolistas y tenistas de fama mundial. Así de simple. Por si no les bastaran las riquezas que han ganando a lo largo de su carrera, las estrellas más rutilantes del firmamento deportivo quieren más. Desean más. Siempre más y más y más. Tienen los contactos para ver aumentar sus riquezas; cuentan con los cuartos necesarios para llevar a cabo operaciones cargadas de dinero. ¿Por qué no iban a hacerlo? El último en subirse al carro ha sido el flamante ganador de esta edición de Roland Garros: Rafa Nadal.
¿Quieres conocer a los deportistas que están metidos en el meollo inmobiliario?
1. Rafa Nadal
“¡Vamos, Rafa!” Eso le debieron gritar Abel Matutes Prats – hijo del ex ministro de exteriores español – y Manuel Campos al considerado como mejor deportistas español de todos los tiempos: Rafael Nadal. Eso tuvieron que soltarle al tenista para que se sumara a una operación inmobiliaria sin precedentes. El manacorí ha comprado junto a sus ya mencionados socios un edificio situado enfrente del Tribunal Supremo. Un inmueble que va camino de convertirse en el más lujoso de Madrid. Se trata de una edificación compuesta por once viviendas valoradas en cifras escandalosas. ¿Quieres saber cuánto cuestan? Pues entre 15.000 € y 20.000 €/m². Aunque no por ello fracasarán en el mercado, puesto que nueve ya han sido vendidas. Igual Rafa tiene que ampliar la vitrina donde guarda sus títulos para añadir el de bróker inmobiliario.
2. David Beckham
Otro que también puso el ojo en el sector inmobiliario fue David Beckham. El astro británico, que en su día militó en las filas del Manchester United y el Real Madrid, pretende construir un estadio para la liga MSL. Beckham siempre fue uno de los futbolistas mejor pagados del mundo; eso lo sabe incluso el más ignorante. En su día llegó a cobrar más por sus contratos publicitarios que por sus ingresos como futbolista. No es de extrañar, por lo tanto, que hace diez días avanzara en el proceso de adquisición de un terreno que mide 1,2 hectáreas. Ha desembolsado 9 millones de dólares para edificar un campo con capacidad para 25.000 personas en la ciudad de Miami. Colgó las botas hace años, pero seguirá ligado al fútbol.
3. Leo Messi
Todos aquí sabemos que la carrera de un futbolista dura bien poco, a pesar de que las ganancias que obtiene durante su trayectoria sean descomunales. Tal es el caso de Leo Messi, uno de los mejores futbolistas de la historia que también ha invertido en el mercado inmobiliario. Y puede que lo haya hecho pensando en su futuro, para cuando llegue el momento de retirarse. La última jugada del argentino ha sido comprar un hotel de 4 estrellas en Sitges. Ya se sabe que el genio del balón no perdona a la que tiene una oportunidad clara, y así lo ha hecho con la adquisición de este hotel ubicado en segunda línea del mar. Las habitaciones que alberga – 77 en total – cuestan entre 250 y 300 euros la noche.
4. Cristiano Ronaldo
Si existe un jugador que en la actualidad ha sabido sacar partido de su persona, ese es Cristiano Ronaldo. El futbolista luso ha creado desde su talento y su imagen una marca: la conocida CR7. Una marca que no dudó en su día en asociarse con la cadena Grupo Pestana. ¿Y cuál ha sido el resultado de dicha fusión empresarial? Pues que el crack portugués, por si no tuviera suficiente con sus ganancias, también puede considerarse amo y señor de algunos hoteles ubicados en lugares megaturísticos: Montecarlo, Funchal, Lisboa… Pestana CR7 Lifestyle Hotels está presente en enclaves más que codiciados. Por eso mismo la cadena anunció hace poco la construcción de un hotel en Ibiza. El único emplazamiento que le quedaba por conquistar.
El dinero no compra la felicidad, decíamos. Pero sí que puede asegurar tu futuro.