¿Te consideras una persona reflexiva o tus actos van guiados por impulsos? ¿Piensas antes de proceder o tienes plena confianza en tus estímulos? Porque antes de tomar un camino debes detenerte en la bifurcación; tienes que prender una antorcha para no echar a correr a ciegas. Y nuestro cometido en este blog, amigo lector, es acompañarte a lo largo de tus andanzas inmobiliarias para que mañana se canten epopeyas sobre tus hazañas. Por eso creemos que hay situaciones de henchido significado que merecen una evaluación exhaustiva; no puedes frivolizarlas. Cuando te lances a comprar una casa – una resolución a la que le debes poner todo tu esmero – tendrás que sondear el asunto hasta llegar a su profundidad abisal. De lo contrario, te verás en un enredo del que será complicado escapar airoso. Estamos hablando del sitio al que pronto llamarás hogar. Así que ya puedes andarte con ojo y considerar ciertos factores de peso.
¿Quieres que te chivemos lo que debes contemplar antes de adquirir tu casa? Los Diez Mandamientos inmobiliarios que Moisés hubiese dado a conocer a su gente.
1. Estudia tu presupuesto
Sería una tontería no hacerlo, ¿no crees? Del mismo modo que sería un fallo tremendo no recordártelo. Antes te realizar cualquier movimiento, clava tu vista en el tablero que tienes enfrente. Calcula tus planes. ¿Verdad que conviene estudiarlo todo con cierta distancia? En Globaliza sólo podemos recomendarte lo siguiente: intenta que la suma que aportes para tu nueva adquisición no supere el 35-40 % de tus honorarios. Si sobrepasas esa cantidad, tu economía personal podría tambalearse.
2. Elige un método de pago
De acuerdo. Ahora que conoces tu presupuesto, tendrás que elegir la forma en que vas a desembolsar el precio de la vivienda. Y que sepas que existen varias modalidades para abonar el importe de aquel inmueble que te ha robado el corazón: el préstamo hipotecario, el pago al contado, la donación, la permuta, el préstamo entre particulares, el pago aplazado… Algún día escudriñaremos estos procedimientos y te regalaremos un artículo sobre el tema. Pero debes elegir el que más se adecúe a tus intereses.
3. Decídete por un tipo de vivienda
Un aspecto fundamental sin el que tu búsqueda no tendría sentido. Tus pesquisas tienen que ser certeras. Debes saber a qué apuntar si no quieres verte disparando hacia la oscuridad. ¿En qué tipo de propiedad pasarás el resto de tus días? Una pregunta cuya respuesta estará sujeta a varios condicionantes, tales como tu estado civil, tu trabajo, el presupuesto que has estudiado con anterioridad… Recuerda lo siguiente: sopesa y saldrás victorioso. ¿Qué te viene mejor, un piso en el centro o un adosado a las afueras? Para nada se parecen; no complacen al mismo perfil de comprador.
4. Escoge la zona
El rol que interpreta la zona en medio de esta historia coral resulta determinante; su elección no puede tomarse a la ligera. ¿Sabes por qué? Porque los costes oscilan en función de las coordenadas donde se va a asentar tu futura casa. El extrarradio suele valer menos que el núcleo urbano; el pueblo no despierta la misma demanda que la metrópoli. Aunque los motivos no se atribuyen a una mera cuestión geográfica, puesto que también hay otros elementos que influyen en esa fluctuación de precios. Sin ir más lejos, basta decir que los establecimientos y paradas de autobús pueden aumentar la plusvalía de un barrio. El valor de un enclave atestado de servicios básicos saldrá propulsado como un cometa.
5. Ten en cuenta el vendedor
El intermediario. La persona o entidad que acabará participando en la operación. Aquí las alternativas se despliegan como un abanico en época de calor; te aconsejamos que lo utilices. Y no sólo por hallarnos en las postrimerías del verano, sino porque así podrás valorar todas las opciones que tendrás a tu alcance. Una casa puede venderse a través de un particular, una agencia, una promotora, un banco… Actores que representarán a distintos personajes cuando se levante el telón.
6. Visita la casa
Si te dan la oportunidad de probarlo antes de consumirlo, ¿por qué no hacerlo? Piensa que luego no sirve de nada la frase de «si no queda satisfecho le devolvemos su dinero». Lo que intentamos decirte con esto es que la visita a tu futura casa será lo que decantará la balanza. Contacta con el anunciante, concierta una cita y entra por esa puerta. ¿Crees en el amor a primera vista? Porque los flechazos suelen recibirse en estos encuentros. Sé romántico, anda.
7. Lanza una oferta
Te acabamos de pedir que saques tu faceta romántica, es cierto. Pero también debes demostrar que tienes madera de negociante. ¿Te has peleado alguna vez por un mísero céntimo con los comerciantes apostados en un bazar? Pues esto es casi lo mismo. Tienes que regatear como si fueras Leo Messi. ¿Sabes cómo? Estudia los precios de la zona y fíjate en la casa más barata que hayas visto en el lugar. Siempre podrás ceñirte a ese valor, establecerlo como límite bajo el cual no tendrías que situar tu oferta. Al final, todo se resuelve mediante un toma y daca entre el vendedor y tú para conseguir descuentos de entre el 5 % y 30 %. Vale la pena intentar la negociación.
8. Firma el contrato de arras
¿Deseas proteger tus derechos como comprador? Entonces estampa tu rúbrica en el contrato de arras: un primer paso hacia la adquisición de la vivienda que te cubrirá las espaldas ante cualquier contingencia. Eso sí: en la firma de ese documento ya deberás soltar el 10 % del precio de la vivienda. Una compraventa cuya fecha debería aparecer en esos papeles, por cierto. Y que debería llevarse a cabo durante los treinta días siguientes después de formalizar el contrato de arras.
9. Firma la escritura
Por fin puedes mojar la pluma en el tintero: ha llegado el instante definitivo. La firma de la escritura es el trámite que te ajusta la medalla alrededor del cuello tras una carrera agotadora. El notario es el encargado de oficiar un acto tan señalado. Ante su persona declararás tu firme voluntad de adquirir la casa mientras él supervisa tu capacidad de comprarla. Aunque no debes olvidar algunos aspectos que deben quedar patentes durante la firma: la descripción de la vivienda, su estado de cargas, el método de pago, el importe… Asegúrate de que no falte nada.
10. Abona los gastos e impuestos
Ya explicamos los detalles a este respecto en un artículo que escribimos tiempo atrás, pero podemos repetirlos por si alguien se distrajo en clase. Hoy no vamos a profundizar en el asunto, pero los nombraremos para refrescaros la memoria: el IVA, el ITP, los gastos notariales y de la gestoría, la inscripción en el Registro de la Propiedad, la tasación para la hipoteca… Una lista de la compra un tanto curiosa, por decir algo. No todo se reduce al precio de la vivienda.
¿Estás listo para embarcarte en una de las empresas más relevantes de tu existencia?
Fuente de la imagen: https://www.globaliza.com/inmueble/8479138 – Tu Piso Bank