Tostarte en la arena de la playa como si fueras una iguana, chapotear en la piscina cual pececillo entre corales, almacenar helados en el congelador por si el mundo fuese a derretirse… Todas estas acciones son las que invaden nuestra rutina veraniega, una época del año también repleta de reuniones con amigos. Aquellas que tanto amamos. Porque el buen tiempo en compañía de los nuestros se disfruta por partida doble. Lo cual nos lleva a hablar de uno de los guateques por excelencia durante el periodo estival: las barbacoas. Eso es. ¿Quién se atrevería a rechazar una invitación para un plan así? ¿Quién sería el insensato? ¿O acaso el anfitrión esta vez quieres ser tú? Perfecto. Entonces sabrás cuáles son los pasos a seguir para coronarte como el rey de las barbacoas, ¿verdad? Deberías aprendértelos si quieres que las comilonas que organizas sean la comidilla.
Verás que si respetas este procedimiento todo saldrá a pedir de boca.
1. Avisa con antelación
Hazlo así para que pueda acudir el mayor número posible de comensales. Si anuncias el evento de un día para otro puede que no asista nadie. Qué tristeza. Ni siquiera tu madre – que por nada del mundo te daría la espalda – podría estar ahí para hacer bulto. Así que ya sabes: organízalo con cierta antelación para que los invitados puedan reservar la fecha. Aunque te recomendamos que el aforo sea limitado. No querrás que tu terraza de repente parezca la grada de un estadio de fútbol, ¿verdad? ¡Sólo te faltaría cobrar entrada!
¿Quieres echarle un ojo a este pisazo con barbacoa en Benalmádena?
2. Reparte tareas
Es lo más justo. Tú pones la terraza y la barbacoa; lo más equitativo para todos sería que los demás también realizaran alguna función. Ten en cuenta que son muchos los elementos que deben sumarse para que la fiesta sea completa. Prepara una lista y reparte quehaceres. Que Pepe traiga la carne, Julia la verdura y Fernando la bebida. La unión hace la fuerza. Ya lo decía Lope de Vega: “¡Fuenteovejuna, todos a una!”.
Este chalet en el Pedreguer también cuenta con barbacoa. ¿No quieres visitarlo?
3. Sombreros para todos
La razón por la que se celebra una barbacoa es porque hace buen tiempo. En eso estaremos todos de acuerdo. Por lo tanto, antes de que el sol caliente nuestras cabezas como si fueran huevos fritos, deberemos protegernos con un sombrero. Las testas deben mantenerse a salvo si permanecen horas y horas bajo la luz del día. Pide a los invitados que traigan gorras y sombreros. Del tipo que sean. Como si se tratara de una fiesta temática.
En Villalbilla existe una casa que cuenta con barbacoa. Y creemos que te está esperando.
4. Enciende el fuego
El paso decisivo que equivale al pistoletazo de salida de la ceremonia. La chispa del ritual, y nunca mejor dicho. Te recomendamos el uso del carbón vegetal, puesto que es el material que menos contamina de todos los que existen. Evita las pastillas o los líquidos inflamables si no quieres que las costillas que vayas a engullir sepan a queroseno. ¿Quieres un consejo? Lo mejor que puedes hacer es colocar piñas o astillas de madera para que prenda el fuego, el cual luego se propagará por el carbón. Pero antes de que se alcen las llamas deberás calcular la dirección del viento. Más que nada para que no se cuele el humo en casa. O para que no moleste a tus vecinos.
Santa Cruz de Tenerife también tiene casitas rústicas con barbacoa incluida.
5. Prepara aperitivos y bebida
El tiempo de espera mientras las brasas calientan la barbacoa debe ser lo más entretenido posible. Mantén a tus invitados ocupados; no pueden estar pendientes del fuego como si leyeran su futuro en las llamas. Y ya sabemos que tú eres un gran conversador; los tendrás distraídos con tus grandes dotes. Pero preparar un tentempié y sacar unas bebidas nunca está de más. Todos se atacarán la comida sin dudar. Pero anota lo siguiente: el aperitivo tampoco tiene que ser demasiado pesado, que luego hacer hueco cuesta lo suyo. Y las bebidas no tienen que ser alcohólicas a la fuerza, que nos conocemos. La moderación es sagrada.
Esta finca en Málaga es ideal para las barbacoas.
6. Organiza turnos para controlar el fuego
Todos aquellos que participen en la barbacoa deberían manejarla al menos un rato. Bueno, tal vez todos no. Pero resulta vital establecer turnos para que todos trabajen. Nadie se librará de pasar por el aro. ¿Tú sabes lo que supone tragar humo hasta convertirte en chimenea? Además, la gracia consiste precisamente en eso: en que todos los asistentes se sientan protagonistas aunque sólo sea por un momento. Fue el hombre quien creó el fuego; llevamos en la sangre aquello de querer manipularlo. Por lo tanto, memoriza lo siguiente: “no controles la barbacoa siempre tú”.
En Espartinas también hay un «casoplón» donde podrías organizar unas barbacoas de lujo, ¿no crees?
7. Límpiala después de acabar
Lo más recomendable a la hora de limpiar la barbacoa es hacerlo al final, cuando el fuego se extingue por completo. Cuando las brasas se enfrían para siempre y ya no dan más de sí. Es ahí cuando puedes lanzar el carbón a la basura – cerciorándote de que está bien apagado – para luego eliminar la suciedad de la parrilla. Se recomienda el uso de un cepillo duro para poder quitar toda la mugre impregnada en el metal. Para finalizar, tan sólo deberías aplicar algún líquido limpiador para rociarlo sobre la rejilla. Y todo quedará más reluciente que una patena.
¿Ves eso de allí al fondo? Pues es una barbacoa que lleva tu nombre en Ribatejada.
¿Preparado para que tu casa sea una fiesta continua durante este verano?