Yoga en casa: 7 trucos para que tus sesiones sean inmejorables

En Globaliza nos gusta mirar el calendario de vez en cuando para saber en qué fecha nos encontramos. Para eso lo colgamos de la pared, ¿no? Para ir pasando las hojas cuando se suceden los meses; para evitar regañinas telefónicas cuando se nos olvida el cumpleaños de nuestra madre. O para darnos cuenta de que el 21 de junio es el Día Internacional del Yoga. ¿Qué? ¿A que no lo sabías? Pues así es, fiel lector. En esta vida solemos rendir tributo a cualquier personalidad, fenómeno o actividad que se preste a ello. Y el yoga no iba a ser una excepción. Estamos ante una práctica del todo común en la sociedad en la que vivimos; forma parte de la rutina semanal de mucha gente. Echa un vistazo a tu alrededor y sabrás de lo que hablamos: seguro que en tu grupo de amigos hay alguien los martes tiene yoga. ¿No es así? Aunque bien podría ser que tú mismo fueses un yogui empedernido. ¿Hemos acertado? Pues estate al loro, que hoy te vamos a regalar unos trucos para practicarlo en casa como es debido.

No es complicado. Seguro que es más difícil ejecutar el saludo al sol.

Espacio para el yoga

1. El espacio

El primer pensamiento que debe cruzarse por tu cabeza ante de llevar a cabo el ritual es el siguiente: «debo encontrar el espacio idóneo en casa». Una afirmación que no viene a ser un gran descubrimiento, aunque vale la pena recordarla. Lo suyo sería poder disponer de una estancia destinada a tal efecto. De lo contrario, tendrás que montarte tu propio rinconcito para meditar hasta alcanzar el nirvana.

2. La calma

Se trata de otro ingrediente que no puede faltar en la receta. Tienes que armar tu espacio de tal modo que irradie paz. Quietud. Es la única vía para hallar el equilibrio. ¿Te contamos un secreto? La música puede convertirse en tu mejor aliada. Aunque no le des al play si tiene sonar tu grupo favorito de dark methal a través del reproductor. Estas ocasiones piden melodías calmadas, que inviten al sosiego. 

3. La iluminación

En la iluminación también encontrarás otro socio indispensable para evadirte del mundo, para escapar del ajetreo. La luz natural, que es sinónimo de vida, siempre es una apuesta segura. Pero si la potencia lumínica que penetra por la ventana te parece demasiado, podrás atenuarla corriendo las cortinas. De todos modos, las velas también pueden ayudarte. Aunque tampoco hace falta que conviertas tu salón en una capilla.

Usa velas para hacer yoga

4. El suelo

Los yoguis más reputados recomiendan la madera como el material más conveniente para tu recital de posturas. La calidez que procura resulta determinante para permanecer en el suelo tanto tiempo como duren tus ejercicios. Tu tacto y tu pisada te lo agradecerán.

5. La alfombra

Aquí tienes a uno de los protagonistas sin los que el yoga no podría concebirse, aunque alfombras hay tantas que puede costar lo suyo elegir. Los más entendidos suelen aconsejar aquellas que tienen fibras vegetales y tonos neutros. Y sí: ya sabemos que en la fotografía han querido emular las alfombras rojas de Hollywood. Demasiado glamur.

Suelos de madera para hacer yoga

6. La vegetación

La presencia de plantas en tu rincón de introspección puede resultar vital, y nunca mejor dicho. Las embajadoras de la naturaleza tienen mucho que decir para que tus ejercicios alcancen cotas de abstracción inusitadas. Añade un toque de verde. Un poco de contacto con la Pachamama nunca viene mal.

7. El altar

Sabemos que la palabra “altar” entraña un significado religioso, pero con esto no queremos decir que montes una plataforma repleta de budas y velas. Tan sólo te proponemos que instales tu propio altar con aquellas figuras que transmitan sosiego y paz interior. Saca tu lado místico, que seguro que lo tienes.

Tal vez ahora ya sepas celebrar el Día Internacional del Yoga con todos sus requisitos. ¿No crees?

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