Para gustos, los colores. Ya son unas cuantas las veces que hemos tirado de refranero popular para inaugurar una entrada del blog. Porque conocerás de sobra el dicho que acabamos de pronunciar. ¿O acaso te hemos deslumbrado descubriéndote las Américas? Lo dudamos. Nuestros lectores son personas de mundo; gente leída. Mentes inquietas y enteradas de todas las novedades que entran y salen de su monotonía. No eres como nosotros, que tenemos que recurrir al imaginario colectivo para recoger alguna expresión manida cuando nos falla el ingenio. Y es que la creatividad es un músculo que debe ejercitarse a menudo para que no se atrofie. Por eso el texto de hoy tiene como propósito echarte una mano con los colores que elegirás para tu hogar. ¿Por qué crees que este párrafo empezaba con esa máxima? ¿Por puro capricho? De eso nada, amigo. Casi todo lo que ocurre en esta vida tiene un motivo, y el motivo de este artículo es la paleta cromática de la que puedes valerte para decorar tu casa.
Échale un ojo a las líneas que vienen a continuación.
1. Las proporciones justas
Tres. Aquí tienes el número mágico que regirá la combinación de colores en tus estancias. Siempre y cuando te apetezca mezclar, claro está. Con dos tonos acabarías aburriéndote y con cuatro estarías abusando. Un trío cromático aportará riqueza y equilibrio a tu casa, sobre todo cuando te dejes llevar por los siguientes porcentajes: 60 %, 30 % y 10 %. Tiene que haber un tono neutro (60 %) que domine la mayor parte de cualquier interior, apoyado por la presencia de un color secundario (30 %) que haga de contraste. Todo ello rematado por una pequeña pincelada (10 %) que actúe como un estallido aislado. La distribución perfecta.
2. La combinación del color
Pero todavía no sabes cómo combinar, ¿verdad? No te preocupes; algún día tenías que empezar. Échale un vistazo a la rueda de colores para saber qué tonalidades hacen buena pareja; cuáles forman triángulos amorosos que ni en las mejores novelas. El secreto consiste en hallar un protagonista para mezclarlo con los demás. Paredes, muebles, objetos decorativos… A cada familia se le podría asignar un color. ¿Sabes cuáles son los tonos que conjuntan bien entre ellos? Coge el boli que tienes en la mesa para tomar apuntes en esta clase magistral sobre composición cromática:
- El blanco con el beige, el celeste, el azul marino y el amarillo.
- El gris con el rosa, el azul, el amarillo y el verde.
- El negro con el blanco y el rojo.
- El amarillo con el rojo, el azul, el azul claro, el negro, el verde, el gris y el blanco.
- El azul con el color madera y los lacados en blanco.
- El verde con el rojo, los tonos en azul, el rosa y los tonos en marrón.
- El rosa con el blanco y el violeta.
- El rojo con el blanco, el dorado, el azul el verde y el negro.
Cierto es que los problemas suelen brotar cuando ya cuentas con tu propio mobiliario. Es decir: cuando lo único que puedes hacer es pintar las paredes de un color determinado para que se acomoden a los muebles que ya tienes. Pues bien: no hay nada que temer. ¿Que tus sillas, mesas y sofás son demasiado oscuros? Entonces opta por una pintura clara para los muros de tu casa. ¿Que por el contrario el color del moblaje es más suave que la piel de un bebé? No lo dudes: tonos fuertes para tus paredes.
3. Colores complementarios
Una cosa debe quedarte clara: lo que dice la rueda de color va a misa. Así que ya podemos escuchar la homilía de hoy, aquella que diserta sobre la oposición como teoría para combinar tonalidades. Utilizaremos otro refrán para ilustrar lo que sugerimos: los polos opuestos se atraen, ¿no es así? Se complementan. Por lo tanto, en la decoración cromática pasa lo mismo. Tú escoge dos tonos ubicados en lados contrarios de la paleta y verás cómo casan de bien. Parecerán hechos el uno para el otro.
4. Estética monocromática
También cabe la posibilidad de que estés enamorado de una tonalidad y que no quieras saber nada del resto. Por ejemplo: imagina por un momento que estás obsesionado con el azul, que en tu cabeza el mundo se concibe como si vivieras en el cielo. El azul como filosofía, como forma de vida. De acuerdo: pues debes saber que existe una solución para que tu casa luzca con tu variedad cromática favorita sin que resulte agobiante. ¿Sabes cómo hacerlo? Pues seleccionando tu tono predilecto para luego agregar matices del mismo color, pero en distintas intensidades. Así podrás crear una combinación que nazca de la misma raíz. Si es que ya lo cantaba Eiffel 65: “I have a blue house with a blue window…”.
5. Colores parecidos
Otro truco la mar de sencillo reside en la mezcla por proximidad. Que dicho así puede que no se entienda, pero por proximidad nos referimos a lo cerca que se encuentran un tono y otro en la paleta de color. Sí, otra vez la paleta de color. La fuente de la que parece beber toda la industria de la decoración. Con esta técnica debes conjugar tres tonalidades que sean vecinas en la tabla cromática. Parece una tontería, pero funciona. Colorea los elementos que componen una misma estancia a partir de un trío que comparta frontera en la famosa rueda.
¿A qué esperas para que tu casa irradie alegría en todos sus rincones?
Excelente contenido sobre la combinación de colores. Me ha venido genial, saludos