¡No cierres los ojos! Cuando los abras te habrás perdido algo. El mundo está virando a pasos agigantados. Un día miras al frente y contemplas una realidad que la mañana siguiente ha desaparecido. En realidad nos alegramos. Nunca hemos sido amigos de lo perpetuo y todo lo que sea evolucionar a mejor es bien recibido. Si el paso de los días nos trae realidades como el cohousing, ¿cómo vamos a ponerle alguna pega?
Cohousing, asilos y la llegada de una nueva etapa
Tenemos que contemplar la realidad con la perspectiva que nos aporta la experiencia. Los seres humanos somos cada vez más longevos. Estamos haciendo frente a las más variadas enfermedades y el paso del tiempo nos da menos miedo. Si antes sesenta años era acariciar otra etapa, ahora no es más que la madurez de cualquier persona.
Y es que, ¿quién podría atreverse a señalar en la actualidad que una persona de tercera edad debe de estar en un asilo? Es más, ¿quién puede siquiera indicar cuándo arranca la tercera edad?
En este nuevo panorama ha aparecido el cohousing. Un grito de revolución de nuestros mayores con el que reclaman con sus voces su independencia y las ganas de seguir siéndolo.
¿Qué es el cohousing?
No, el cohousing no es solo un eslogan de resistencia frente a un asilo. Conforma una nueva forma de vida. Enarbolando su capacidad individual por bandera, se trata de un modo de convivencia basado en viviendas colaborativas y autogestionadas.
Así, el cohousing se trata de viviendas independientes unidas a áreas comunes. En ellas, nuestros mayores pueden compartir servicios, actividades sociales o de ocio. Entre otras muchas oportunidades.
Al fin y al cabo, el objetivo es que puedan ayudarse entre ellos. Se busca que no pierdan una independencia que nadie tiene derecho a arrebatarles. En definitiva, que vivan tal y como deseen.
Cada vez hay más alternativas al asilo
Recalcando de nuevo el grito de al asilo, no, nos despedimos de este artículo. El cohousing nos parece una alternativa de lo más interesante a esta realidad y es que ya va siendo hora de que nadie tome una decisión por nosotros.
El panorama social ha virado de sobremanera en las últimas décadas. No sabemos dónde terminaremos, pero desde luego que nada será igual. ¿Cuál será la próxima revolución?