Chocolate: una oda divina al sabor

¡Si alguna vez has dicho una frase parecida a que el chocolate debe ser un regalo de los dioses, puede que no estuvieras muy desencaminado. Desde luego, la historia de este maravilloso manjar se pone de tu parte. Y es que no ha estado demasiado desligado de la cultura de las deidades de diferentes pueblos.

Un chocolate con sabor a Olimpo

La historia del origen del chocolate

Es cierto que la metáfora del título puede que no sea la más acertada. Este era el lugar de residencia de los dioses griegos y hoy nos vamos a mover a otro continente para tratar de encontrar el origen del chocolate. No obstante, si al final es cierto que este alimento viene de otro mundo, cómo no vamos a pensar que Zeus y su tropa ya lo disfrutaban en su momento. Si eran dioses, eran dioses y que nosotros todavía no lo tuviéramos localizado no implica de ninguna manera que ellos no se embriagaran ya con este alimento.

Pero bueno, en Globaliza no hemos venido a tratar temas tan importantes como el del origen del chocolate con cábalas y bromas. Lo importante es contarte su historia y para ello lo primero que queremos hacer es ponernos todos en contexto.

Una pregunta: ¿cuándo fue la última vez tomaste un bocado de chocolate? ¿Cuál es tu manera favorita para comerlo? Sinceramente, no podemos saber desde dónde o cómo estás leyendo este texto, pero sí tenemos una idea en la cabeza. Seguro que este artículo lo vas a disfrutar mucho más si te das el gusto de leerlo con un poco de este delicioso manjar entre las manos.

Así que nosotros, cual serpiente en el Edén, simplemente dejamos caer la idea de que no te sería difícil encontrar una excusa, ausentarte de tu puesto de trabajo durante unos minutos y acudir al súper más cercano a comprar un poquito.

¿Estás ya preparado? Pues comenzamos con la clase de historia.

Una historia sobre México, dioses y el chocolate

La relación de la historia del chocolate y la cultura olmeca

Toca retroceder más de tres mil años. Concretamente, nos vamos a bajar de la máquina ideada por H.G. Wells cuando en la etapa histórica en la que los olmecas dominaban el Golfo de México. Según todas las informaciones que tenemos, fueron ellos los primeros que cultivaron el árbol de cacao… y que en caso de no ser así, nos enteraremos de este detalle nada más aterrizar en nuestro destino.

Sin embargo, el tiempo pasa para todos y la historia les terminó por relegar a estar presentes en simples pequeños párrafos en los libros de Historia. Y ni siquiera en todos ellos. Fueron sucedidos por los Maya. Quienes crearan un Imperio y pronosticaran erróneamente el Fin del Mundo, extendieron sus territorios desde la Península del Yucatán hasta lo que hoy comprendemos como Guatemala.

En esta cultura existía la creencia de que el árbol del cacao había sido un presente divino que los dioses les había dejado al ser humano. Era tan importante en su día a día que muchas de las paredes de los templos del momento estaban grabados por vainas de cacao. Para ellos esta simbología significaba la vida y la fertilidad.

Pero bueno, que tampoco es tiempo de adelantar acontecimientos. Ellos no consumían el chocolate tal y como lo hacemos nosotros. De las tabletas ni hablemos, aunque lo haremos después, que esto se consiguió por primera vez en España. Simplemente preparaban una bebida amarga con las semillas de cacao que muy lejos queda del placer dulce que hoy tenemos encima de la mesa.

El Imperio Maya también se borró de la faz de la Tierra. Aunque, como sucede siempre que una civilización alcanza su epílogo, no tardó demasiado tiempo en aparecer un nuevo pueblo y ocupar su lugar. En esta ocasión fueron los aztecas, hace más o menos unos mil cien años.

Al igual que para todos los anteriores, entendían el chocolate como un regalo de los dioses. Y, sinceramente, en este punto en el que ya hemos apreciado que tantas civilizaciones consideraban como tal a este alimento, creemos desde Globaliza que ha llegado el momento en el que nosotros también comencemos a hacerlo. Nosotros creemos firmemente que algo tan rico y tan maravilloso no podía estar simplemente en la naturaleza, sino que, de alguna manera, Él nos lo haría llegar del más allá. ¿Por qué no? Aquí aceptamos siempre pulpo como animal de compañía.

Los aztecas tomaban las semillas y las mezclaban con agua y azúcar. El resultado era una bebida espumosa que se consumía fría y que fue uno de los primeros contactos que los españoles tuvieron con la misma tras el descubrimiento de América.

¿Cómo llegó el chocolate a España?

Cuando Cristóbal Colón Conoció el Chocolate

Sería ideal poder asumir que Colón lo trajo. También que fuera Hernán Cortés quien decidió que era digno de aparecer en los mercados españoles. Sin embargo, la realidad, aunque cercana y bordeante de estas historias, no transcurrió de este modo.

Cristóbal Colón entró en contacto con ella cuando llegó a América. Se percató de que la tomaban como si fuera sidra en su primer viaje. ¡La servían desde encima de la cabeza! Sin embargo, no llegó nunca a subirla a sus navíos con el objetivo de importarla al corazón de lo que tiempo después se convertiría en el gran Imperio Español.

Hernán Cortés, otra de las figuras destacadas del movimiento colonizador español, también tuvo acceso a la misma cuando llegó a México. Los nativos le confundieron con un dios que llegaba a visitarlos. Era el momento elegido y marcado por todas las profecías. Por ello se empeñaban en darle de beber esta bebida en vasos de oro, tratando de honrar su presencia.

Sin embargo, la llegada a España de esta bebida no se debió al acto de ninguno de ellos, sino a un monje que también viajaba en las expediciones y que entendió que este alimento no se podía quedar en América, sino que era necesario importarlo hasta España. De esta manera, ya en su monasterio, realizaron sendos experimentos con el objetivo de separar la manteca y el cacao. Este fue el primer paso para que no mucho tiempo después se cocinara la primera tableta de chocolate de la historia. Para que luego digáis que España no tiene una historia llena de conquistas.

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