¿Imaginas que te estuvieras esforzando todo lo posible por contaminar lo mínimo y que no estuvieras ayudando al planeta? ¿Y si no lo consiguieras porque has desarrollado unos hábitos que perjudican la salud medioambiental y ni siquiera eres consciente de ellos?
La mayor parte de las personas contaminamos de manera involuntaria. Hemos asumido una serie de conductas que damos por buenas porque nos han acompañado siempre. Y, la verdad, somos poco amigos de replantearnos los comportamientos cómodos si nadie nos indica que pueden causar un daño —aún así nos tendrán que convencer de ellos—.
Por ello, hoy te queremos contar 5 maneras en las que eres cómplice cambio climático sin saberlo.
Desaprende para aprender a cuidar el planeta y ganarle la partida al cambio climático
Como animal de costumbres que es el ser humano, aprendemos de padres, amigos y otras personas cercanas. Desde pequeños nos fijamos en ellos y convertimos en propias sus hábitos.
Las creencias que se sustentan en lo que hemos visto o hecho desde pequeños son las más difíciles de quebrar. Pensamos que si algo se ha repetido desde siempre no puede ser perjudicial y siempre nos olvidamos de que la historia están cargados de ejemplos de actitudes cuestionables. También sucede en el hogar.
En Globaliza estamos comprometidos con la lucha medioambiental del planeta y queremos aportar nuestro granito de arena. Por ello, si ayer te hablamos sobre cinco pautas para reducir la contaminación desde casa, hoy te queremos ayudar a acabar con esas conductas que repites cada día y no eres consciente de que son un palo en las ruedas de tus actos. Estos son:
- Los desodorantes de aerosol son un arma de doble filo.
- El té es de hierbas y no de plásticos.
- Las pilas son un residuo al que hay que respetar.
- Nos hemos vuelto unos cómodos tomando café.
- La purpurina brilla cada noche en los océanos.
¿Quieres que te contemos por qué cada uno de estos hábitos es tan peligroso?
Los desodorantes de aerosol son un arma de doble filo
¿Alguna vez te has preguntado cómo funcionan los desodorantes? Seguro que solo has escuchado que son muy contaminantes, pero las personas somos reacias a dejar de utilizar un producto si no racionalizamos las consecuencias reales de utilizarlos.
Para frenar nuestro olor corporal, el desodorante lanza partículas de aluminio que tapan nuestros poros e impiden que las glándulas sudoríparas realicen su función.
El aluminio es uno de los materiales más contaminantes que existen. Por ello muchas marcas están buscando alternativas a este componente. Por ahora, pocas han conseguido un resultado interesante. Está en tu mano empezar a utilizar otro tipo de productos.
El té es de hierbas y no de plásticos
Que el ser humano se ha convertido en un animal muy cómodo lo tenemos todo claro. Solo hay que ver cómo han cambiado nuestros hábitos de consumo y las formas en las que compramos los productos.
Si le preguntas a tu abuela cómo preparaba el té, te dirá que utilizaban directamente las hierbas y una bola metálica. Ahora, bueno, pues si nos lo pueden dejar hecho, mucho mejor. Compramos en pequeños sobres listos para su consumo y ya está.
No obstante, el problema no es este. La idea de los sobres está bien. Es muy cómoda. Sin embargo, se convierte en un dilema cuando muchas marcas guardaban cada uno de ellos en pequeños envoltorios de plástico. La contaminación está al alcance de nuestra mano.
Las pilas son un residuo al que hay que respetar
Si ya es peligroso para el planeta no darle la segunda oportunidad que se merecen todos esos materiales que podemos reciclar, todavía lo es más no tratar como se corresponde los que son potencialmente dañinos.
Las pilas, baterías y todo este tipo de residuos necesitan de un trato especial. Por ello existen puntos limpios donde los ciudadanos debemos acercarnos a depositarlos. Pero, claro, ello supone un mayor esfuerzo que el reciclaje habitual del hogar y por ello la gran mayoría de las personas no lo realizan.
Es importante que cambiemos este hábito. Sabemos que se cuentan muchos rumores sobre lo mal que funciona el reciclaje, pero no les hagas caso. Son para justificar el comportamiento de algunos.
Nos hemos vuelto unos cómodos tomando café
Es un caso muy parecido al de las bolsas de té, pero es todavía peor para el planeta. La diferencia es que en este caso todos los residuos son de plástico y que las cantidades de café que tomamos los seres humanos al día son inimaginables.
¿Tú también eres de los que lo primero que hace al despertar es prepararse este brebaje? En Globaliza somos asiduos a ese primer café de la mañana.
Imagínate por un momento la inmensa cantidad de cápsulas que se desechan cada día. Todo ello se debe reciclar y, por desgracia, muchas personas deciden no hacerlo. Quizás haya llegado el momento de volver al método tradicional de consumo de café. También estaba mucho más rico.
La purpurina brilla cada noche en los océanos
¿Alguna vez te habrías imaginado que la purpurina es uno de los materiales más contaminantes del mundo? No le solemos dar importancia porque consideramos que es cosa de críos. Sin embargo, nuestro planeta no entiende de edades a la hora de llorar por nuestros actos.
A pesar de que no lo utilicemos cada día, es un componente común de todas las fiestas de cumpleaños. Pero, ¿sabías que se trataba de una clase de microplástico? No lo pensamos, pero como cualquier otro contamina las aguas.
A día de hoy el 83 % de las aguas del mundo ya están contaminadas con microplásticos. Es hora de que nos concienciemos con el problema.
Si quieres luchar por la salud del planeta, debes comenzar por desaprender estos hábitos que tienes tan interiorizados. Todavía estamos a tiempo de lograrlo. ¿Contamos contigo?