Si en algo estamos de acuerdo todos es en que los abuelos deberían ser eternos.
¡Ojalá vivieran para siempre!
Es por eso que en el día de los abuelos queríamos dedicarles un artículo especial.
Vamos a hacer un viaje en el tiempo que hasta en «Cuéntame» estarían orgullosos.
Veamos cuáles eran las 10 cosas que nuestros abuelos tenían en casa (y, a veces, sin ningún motivo).
¿Te quedas a verlas todas?
#1. Vajilla Duralex
Es impepinable, todo abuelo de bien español tenía esta vajilla.
No sabemos si es que hubo una época en la que se regalaba al abrirte una cuenta del banco o que su indestructividad jugaba a favor del marketing.
Lo que está claro es que esta vajilla, ya sea en color caramelo, en verde u otra variante, ha estado presente en más casas españolas que el gotelé.
#2. Los cubrebaños
Cuando las abuelas tenían nietos, era normal aparecer con patucos y demás prendas de ropa de punto.
Lo que parece ser, es que después de hacernos todo un armario, no pudieron parar de tejer, porque tenían la necesidad de cubrirlo absolutamente todo con ello.
Sin ir más lejos, estuvo esa moda de abrigar con ganchillo o visillo las tazas de los váteres.
Seguramente pensaron que quedaba bonito, pero a nosotros nos parecía de lo más raro cuando visitábamos a los ancianos.
#3. El hule de la mesa de cocina
De nuestros abuelos aprendimos que las cosas que se cuidan, se mantienen perfectas más tiempo, por eso era muy común ver cómo las mesas de la cocina o el comedor estaban bien cubiertas con un hule.
Pero esto no es lo más remarcable, sino sus diferentes diseños llamativos.
Podías encontrarte algo tan básico como uno transparente bajo el que podían poner todo tipo de decoración a su gusto…
Hasta algunos con flores, mapas y demás.
No sé la tuya, pero la mesa de mi abuela parece que salió ayer de la tienda.
#4. Pinturas de caza
Es posible que tu abuelo no haya ido de caza ni una sola vez en toda su vida… pero eso no les impedía tener en casa diferentes escenas de lo más peculiares.
Esos cuadros pequeñitos repletos de cazadores, pescadores, familias de picnic… además con una calidad que, por lo que tú y yo sabemos, es posible que sean obra de alguien de la familia.
#5. Las figuras de cerámica
Otra moda que no nos abandonó fue la de tener escenas bucólicas en modo figura de cerámica.
Niños pescando, una joven paseando con una cesta…
Y no fallaba que siempre se podía ver en alguna de ellas una grieta que demostrara que se encontró con el suelo y volvió a pegarse de nuevo.
Un clásico entre los clásicos.
#6. Tapetes de punto para abrigar los muebles
El baño no era lo único que nuestras abuelas tenían la necesidad de abrigar en casa.
Todo lo que tuviera forma era susceptible de recibir un tapete.
En casa de mi abuela no fallaban los sillones, los sofás, el mueble de la tele… ¡todo tenía un tapete!